Hidalgo

El “carnavalito”, presente los 365 del año en Huichapan y sus alrededores

  • La bebida, creada para satisfacer unos cuantos paladares, hoy refresca a toda una región
  • Ha sido una importante fuente de ingresos para muchas familias de la geografía regional

Todos hemos escuchado el dicho: “La vida es un carnaval”, pero no contaban con la astucia de los huichapenses, que además de ser vida en esta región el carnaval también es sabor.

Es la bebida típica y tradicional elaborada de manera artesanal, cuyos ingredientes principales son, jugo de naranja natural, canela, un toque de anís, piloncillo o azúcar y aguardiente.

La elaboración de esta bebida surgió de la necesidad de refrescarse en la época primaveral en que las temperaturas en la región llegan a ser de hasta 38 grados, acompañada por los parajes y rincones de aguas termales, con las sombras que brindan los arbolados; lo único que faltaba era algo para satisfacer el paladar.

Según testimonios de pobladores locales e historiadores, narran que el carnavalito surgió hace más de un siglo, aunque no se tiene la fecha exacta. Lo que sí es un hecho es que la creatividad se pone de manifiesto y se inicia la preparación de la bebida que hoy se ha convertido en un distintivo de Huichapan, que ha dado pie a que la fabricación artesanal de la bebida sea el medio de vida y sustento de varias familias.

Aun cuando la tierra que vio nacer el carnavalito es una zona de cosecha frutal, el terreno no es productor de naranja, por lo cual se abastecen con naranja producida en otros lugares de la república mexicana.

Es así como las innumerables familias que hoy son productoras de la bebida reciben toneladas de naranja para iniciar primero con su lavado y posteriormente exprimirla manualmente, para dar paso a complementarla con el resto de los ingredientes y mantenerla en refrigeración.

Las dos principales recomendaciones de los expendedores de carnavalito son: “tómelo bien frio y no se confié”, porque justo es una bebida para refrescar y causa una sensación de completa satisfacción por su delicado y delicioso sabor, y justo por estas dos últimas características es por lo que recomiendan no confiarse, porque se puede pensar que es una bebida inofensiva por su bajo grado de alcohol, que mezclado con ingredientes dulces pueden llegar a marear al consumidor si no se toma con medida.

La presentación de esta bebida es en garrafas de uno o cuatro litros, que hoy ha cruzado las fronteras del territorio hidalguense así como del territorio mexicano. Se envía a otros estados, como Querétaro, Guanajuato, San Luis Potosí y por supuesto a Estados Unidos, por los lugareños que se encuentran laborando en ese país y lo han dado a conocer cuando la llevan o piden a sus familiares que les envíen la bebida codiciada y anhelada de la tierra que los vio nacer.

Esto ha dado paso a que algunos restaurantes mexicanos establecidos en los Estados Unidos adquieran el producto para ofrecerlo a sus comensales, rasgo que favorece la economía de las familias productoras.

Aun cuando hoy se han diversificado los sabores y podemos encontrar variantes, como carnavalito de guayaba, tamarindo y mango, el principal siempre será el sabor original de naranja. El costo por litro es de entre 90 y 110 pesos. Es costumbre encontrarlo en las calles de Huichapan, Pueblo Mágico, expuesto en las puertas de las casas donde se fabrica, en mesitas de madera, además de varios establecimientos más del pueblo.

Es así como el carnavalito no solo se hace presente en las fechas de los carnavales que rondan los meses de febrero a abril, sino los 365 días del año, y en las festividades tradicionales ¡tampoco puede faltar!

Crédito: Zayda Olguín

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