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Lectura para la salud

Algo tan sencillo como un libro puede transformarse en un muy buen aliado si buscas prevenir el estrés y cuidar tu salud mental.
Es probable que desde la infancia hayas escuchado a tus padres o abuelos hablar sobre la importancia de la lectura para la vida. Demás está decir que leer es sinónimo de aprender y entretenerse, y a esto debemos sumar los muchos beneficios que un libro puede tener para la salud mental.
El doctor Alejandro Koppmann, psiquiatra de Clínica Alemana, explica que los efectos positivos de un libro varían según cada lector: “Además del placer de disfrutar una buena historia, muchos recuerdan, por ejemplo, haber encontrado en la lectura un refugio o un lugar de descanso frente a situaciones adversas ocurridas durante su infancia. Otras personas, en cambio, leen como estrategia de prevención contra el estrés”. Y es que la lectura, efectivamente, tal como mantener algún hobby o practicar actividad física, puede contribuir a evitar o a equilibrar la precipitación de un síndrome de sobrecarga o cuadro de estrés”.
La sugerencia es incorporarla como un hábito regular. Cada persona es única, dice el especialista, “por lo que no hay recomendaciones mecánicas” para esto, sin embargo, podría ser útil:
– Generar un espacio de lectura, un ambiente especial, por ejemplo, sin ruido.
– Establecer un determinado horario para leer diariamente.
– Desarrollar el hábito participando en grupos o clubes de lectura.
– Como rutina previa y medida no farmacológica para facilitar un buen dormir.

La lectura, ciertamente, contribuye a serenarnos, despeja nuestra mente de las preocupaciones del día y facilita llegar al sueño.
Sin duda, en general leer es un aporte para los seres humanos y solo hay que cuidar qué se transmite a los más pequeños con respecto al hábito de la lectura. El especialista destaca:

  • Favorece la salud mental (atención, concentración, memoria).
  • Reduce el estrés, la angustia y la ansiedad.
  • Mejora el estado de ánimo.
  • Permite desarrollar empatía
  • Aumenta nuestro vocabulario.
  • Facilita las relaciones sociales:
  • Aumenta el conocimiento.
  • Mejora la comunicación.
  • Fomenta la imaginación y la creatividad.
  • Desarrolla nuestro sentido crítico.


Ahora también hay formas negativas de hacer que una persona no desee leer tal como Castigar a alguien con ir a la biblioteca a leer, Enseñar que hay libros buenos y malos sin que la persona distinga por su parte que le gusta, Evaluar de forma obligatoria lo leído, Entregar listados de lecturas estándares sin permitir la flexibilidad necesaria para que al texto se adapte al lector y no al revés.
La lectura estimula la actividad cerebral tal como si se tratara de un ejercicio físico. Numerosas investigaciones han demostrado que el cerebro desarrolla una serie de procesos para llevar adelante el acto de leer que muestra cómo nuestro cerebro, que no está diseñado para la lectura alfabética, es capaz de integrar y reprogramar diversas funciones tales como la visión, la motricidad, la emotividad, el habla y la memoria para llevar a cabo el proceso de lectura y la comprensión del texto”, explica el doctor Alejandro Koppmann. Este proceso, agrega, conecta distintas áreas y funciones del cerebro, entre ellas:
La memoria semántica o de significado.
La memoria asociativa, que vincula palabras a determinadas emociones o circunstancias.
La memoria ejecutiva, que retiene una palabra o frase hasta lograr dar con su significado específico en un determinado contexto. Por lo que Se recomienda reservar al menos 20 a 30 minutos al día para la lectura. 40 minutos sería óptimo. Este tiempo permite que el cerebro se sumerge en una historia o un tema, lo que puede ayudar a mejorar la concentración y la atención.

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