- Además de la nicotina, el vapor de los cigarrillos electrónicos incluye sustancias potencialmente peligrosas como el diacetilo
El aumento del uso de cigarrillos electrónicos, especialmente entre los jóvenes, es una tendencia peligrosa con riesgos reales para la salud. Por muchas razones, los cigarrillos electrónicos no deben promocionarse como una alternativa segura al tabaquismo.
Aunque cada vez menos personas fuman o comienzan a fumar que antes, muchas otras utilizan otras formas de tabaco y sistemas electrónicos de administración de nicotina. El aumento del uso de cigarrillos electrónicos (también conocido como vapeo) entre los niños y jóvenes en años recientes es una grave amenaza para la salud pública.
Los dispositivos que funcionan con batería están disponibles en muchas formas y pueden presentar un aspecto similar a los cigarrillos convencionales, bolígrafos o incluso dispositivos de tecnología elegantes. Los usuarios inhalan y exhalan un aerosol similar al vapor. Esta forma de consumir nicotina plantea riesgos para la salud tanto en los usuarios como en las personas que no son usuarios.
Los promotores de cigarrillos electrónicos sostienen que los dispositivos pueden ayudar a dejar el tabaco. Sin embargo, se necesitan muchas más pruebas para determinar si son una forma eficaz de dejar el tabaco. La investigación sugiere que es más probable que los usuarios continúen fumando y vapeando al mismo tiempo, lo que se conoce como “consumo dual”.
La mayoría de los cigarrillos electrónicos libera nicotina, una sustancia extremadamente adictiva, que puede dañar el desarrollo del cerebro de los adolescentes, niños y fetos en mujeres que vapean durante el embarazo. Algunos tipos exponen a los usuarios a niveles de nicotina incluso mayores que los cigarrillos tradicionales.
Además de la nicotina, el vapor de los cigarrillos electrónicos incluye sustancias potencialmente peligrosas como el diacetilo (un producto químico vinculado a una enfermedad pulmonar grave), sustancias químicas cancerígenas, compuestos orgánicos volátiles (COV) y metales pesados como el níquel, el estaño y el plomo. Los usuarios respiran estos contaminantes tóxicos, y los que no son usuarios y están cerca corren el riesgo de sufrir una exposición de segunda mano.
El líquido utilizado en los cigarrillos electrónicos puede ser peligroso, no solo a consecuencia de su uso previsto. Niños y adultos han sufrido envenenamiento por tragar, respirar o absorber el líquido a través de la piel o los ojos.
Los cigarrillos electrónicos se han vinculado a miles de casos de lesión pulmonar grave, algunos de los cuales han provocado la muerte. Aunque la causa exacta sigue sin confirmarse, los CDC recomiendan que las personas no utilicen cigarrillos electrónicos.